OXKUTZCAB, 6 de marzo de 2011 (El Universal).- Túneles, sótanos y refugios subterráneos con puertas antibalas, anchos muros, bodegas y un laboratorio son construidos en terrenos de una reserva ecológica natural al sur de Yucatán, administrada por italianos nacionalizados mexicanos que, se asegura, se alistan para enfrentar el fin del mundo.
Las construcciones fueron iniciadas hace varios meses y cada día presentan más avances. Ahora ya se están instalado las redes eléctricas y se construyen túneles para fines no especificados. Éstas obras se realizan en el poblado de Xul por la asociación Quinta Esencia e incluyen una unidad habitacional reforzada para resistir incendios, inundaciones y fenómenos naturales como huracanes, por lo que los nativos de la región, ubicada a 100 kilómetros al sureste de Mérida, la consideran una “ciudad apocalíptica”.
La fortaleza, conocida como Las dos Águilas, representa una importante fuente de empleo para los más de mil habitantes de esta parte del municipio de Oxkutzcab, una planicie yucateca única que cuenta con numerosos cerros, y en donde ya se observan al menos 38 viviendas.
Las obras se reiniciaron en el pasado mes de agosto, cuando ya estaban levantadas 33 viviendas, y no tiene fecha de conclusión, aunque constantemente son contratados campesinos y otros pobladores de las comisarías aledañas, como Xohuayán, en el municipio de Oxkutzcab, para trabajos de albañilería, instalaciones eléctricas o colocación de estructuras metálicas.
Al ingreso del lugar hay un portón en la que varios letreros advierten que se “prohíbe la entrada” y que se trata de una propiedad privada de “Quinta Esencia”, una “Asociación Civil sin fin de lucro para conservar el equilibrio ecológico y preservar los recursos naturales de la región”. Otro letrero advierte: “Prohibida la cacería”.
Los únicos autorizados para ingresar a la zona de construcción son los trabajadores que cubren 12 horas en dos turnos y los transportes de materiales. En el portón hay vigilantes que utilizan aparatos de radio para comunicarse con el interior.
“Son gente preparada”
Jorge Borges, un obrero que se ocupaba en meter material de construcción al lugar, dijo ser sobrino de los arquitectos Geovany Borges y Karina Pérez Valle, encargados de las obras y quienes contratan a los trabajadores por encargo de un italiano, el cual fue identificado como Andreas, al parecer es el coordinador del proyecto habitacional destinado a albergar familias italianas.
“Son filósofos, son gente preparada”, comentó el comisario municipal de Xul, Ubaldo Pérez Borges, quien se quejó de que los habitantes de ese poblado dejaron “entrar sin ningún problema a los italianos que ahora se niegan a que las autoridades de la comisaría ingresen al sitio”.
El mismo comisario informó que el terreno de los italianos es un asentamiento entre cerros de 840 hectáreas que adquirieron de Mateo Granados, un comunero que falleció en enero.
En un sobrevuelo por la zona se observó la construcción de un amplio local, al parecer fue destinado para la instalación de un laboratorio, y una extensa área de cultivo para la producción de mamey, naranja y caña de azúcar.
“Dicen que no es una ciudad apocalíptica ni que estén esperando el fin del mundo, pero, ¿por qué no nos dejan ver?, ¿por qué no nos explican?”, se quejó el comisario municipal, quien, sin embargo, consideró que los integrantes de la Quinta Esencia “temen algo o realmente están pensando en que el mundo se va a acabar”.
El significado maya
A los pobladores de la región les llama la atención que los extranjeros hayan elegido a Xul para residir, una comunidad tan pequeña y carente de servicios elementales, entre cerros, y cuyo nombre maya significa “el final”.
Un trabajador que fue contratado durante casi dos años y que terminó su labor en diciembre pasado, Édgar Manuel Uc Ávila, de 38 años de edad, dijo haber participado en la construcción de una vivienda redonda en la cima de uno de los cerros y con una serie de sótanos comunicados con túneles. Las viviendas tienen ocho, 12 y hasta 20 habitaciones con todos los servicios.
También aseguró que se instalaron puertas antibalas en las viviendas cuyos muros son de 60 centímetros de ancho y en su mayoría con llantas y otro materiales empotrados. “No sé por qué lo hacen así... el arquitecto nos dice cómo construir y a nosotros no nos dejan ni preguntar”, explicó.
La gente de Xul no se niega hablar, pero prefiere no meterse en líos. “Nos están dando chamba, pagan bien, hasta mil 500 pesos semanales”, aseguró Jorge Pérez Uc, contratado tres meses para “chapear” —eliminar la maleza— y desmontar los terrenos.
“Todo lo que están haciendo los italianos está muy extraño, porque no quieren decir qué es y prohíben a los trabajadores decir cómo está el lugar”, dijo el comisario municipal de Xul.
Desde el aire se observan varios caminos de acceso y enlace entre las viviendas y otras construcciones, así como una vereda bien aplanada para llegar hasta un lago artificial y a una estatua de la diosa griega Atenea, levantada en el centro del complejo rodeado de maleza baja y especies de árboles en vías de extinción.
domingo, 6 de marzo de 2011
Crece la villa de italianos para “el fin del mundo”
7:29:00 p.m.
México