 ANKARA, 17 agosto 2011 (ABC).- El  16 de agosto de 1999, hace exactamente doce años, un terrible terremoto  de 7,4 en la escala de Richter sacudió la región de Mármara, en  Turquía. El seísmo acabó con la vida de más de 17.000 personas, y  transformó para siempre la de muchas otras. Debido a este aniversario,  la prensa turca publica hoy numerosas historias que rememoran aquel  acontecimiento. Como la de Ebru Zengin, que recoge el diario "Zaman", y que ha sorprendido a muchos al hacerse pública.
ANKARA, 17 agosto 2011 (ABC).- El  16 de agosto de 1999, hace exactamente doce años, un terrible terremoto  de 7,4 en la escala de Richter sacudió la región de Mármara, en  Turquía. El seísmo acabó con la vida de más de 17.000 personas, y  transformó para siempre la de muchas otras. Debido a este aniversario,  la prensa turca publica hoy numerosas historias que rememoran aquel  acontecimiento. Como la de Ebru Zengin, que recoge el diario "Zaman", y que ha sorprendido a muchos al hacerse pública.  
Zengin  era una adolescente de apenas trece años el día que el terremoto  castigó su ciudad. Yalova. El edificio en el que vivía su familia se  derrumbó, y ella quedó atrapada junto a la cama cuando el techo se desplomó. «Estaba oscuro, y pensé que nunca saldría viva», dice. 
Entonces oyó las sirenas de los equipos de rescate, y se produjo el milagro: alguien le dijo que no se preocupase, que saldría de allí con vida.  El desconocido consiguió introducir entre los escombros el tubo de una  aspiradora para que la muchacha pudiese respirar. Dieciocho horas más  tarde, el joven lograba sacar a la chica, que estaba gravemente herida, y  llevarla al hospital.
Zengin  estaba huérfana y parcialmente desfigurada, pero logró recuperarse. Un  tío suyo se hizo cargo de ella, y después pasó a vivir con su hermana  mayor, Emel. Entretanto, un apuesto varón llamado Ercüment Diyar, que se había interesado por su recuperación, comenzó a cortejarla.
 Años  más tarde, mientras Zengin estudiaba en la universidad de Estambul,  Diyar le propuso matrimonio. La pareja se casó en 2006. Pero no sería  hasta dos años después, cuando se mudaron a Marmara, que Zengin  descubrió el secreto de su marido. Poco a poco, comenzaron a hablar  sobre los sucesos del terremoto, un tema que, dado lo traumático de los  hechos, nunca antes habían tratado. Y entonces comprendieron lo  extraordinario de su caso: Diyar era el joven que había salvado la vida de Zengin aquel aciago día del verano de 1999. Una historia que acaba de salir a la luz por primera vez.
Años  más tarde, mientras Zengin estudiaba en la universidad de Estambul,  Diyar le propuso matrimonio. La pareja se casó en 2006. Pero no sería  hasta dos años después, cuando se mudaron a Marmara, que Zengin  descubrió el secreto de su marido. Poco a poco, comenzaron a hablar  sobre los sucesos del terremoto, un tema que, dado lo traumático de los  hechos, nunca antes habían tratado. Y entonces comprendieron lo  extraordinario de su caso: Diyar era el joven que había salvado la vida de Zengin aquel aciago día del verano de 1999. Una historia que acaba de salir a la luz por primera vez.
Zengin y Diyar pueden considerarse doblemente afortunados: aquel terremoto, considerado uno de los más mortales del último siglo,  mató a 17.480 personas, hirió a más de 48.000, destruyó 112.000  edificios y dañó otras 124 infraestructuras importantes. Las localidades  de Kocaeli, Gölcük, Düzce, Sakarya y Yalova quedaron arrasadas casi  totalmente, y Estambul también se vio afectada.
Turquía  ya había sufrido terremotos similares en 1943, 1957 y 1967, debido a la  presencia de la falla de Mármara. Y los expertos aseguran que es de  esperar un seísmo semejante en los próximos 30 años, un riesgo del que  los turcos, gracias a este tipo de relatos, comienzan poco a poco a  cobrar conciencia.
Fotos: Imágenes del la región de Mármara, Turquía, tras el terremoto  de 7,4 en la escala de  Richter del 16 de agosto de 1999 (Agencias). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
