BUENOS AIRES, 6 septiembre 2011 (EFE).- En el barrio Capilla del Monte en la provincia de Córdoba, en Argentina, que se caracteriza por ser uno de los rincones más esotéricos de aquella nación sudamericana se instaló desde hace aproximadamente un año, un grupo de rumanos que filmó una película y que ahora se dedica a la práctica del "porno-yoga".
De acuerdo con las publicaciones de un diario local, el grupo especializado en natha yoga es liderado por el controvertido Gregorian Bivolaru, creador del Movimiento Espiritual de Integración en el Absoluto (Misa).
Sospechoso de abuso y tráfico de personas, este ciudadano rumano, asilado en Suecia y prófugo de la justicia, comanda una secta que busca la iniciación y liberación sexual de sus seguidores, a los que induce para participar en festines sexuales, que luego filman y distribuyen por el mundo para recoger dinero para sostener la organización.
Por su parte, Rosanna Olmos, intendenta de Capilla del Monte, expresó que "La libertad de creencias y de culto -concluyó- merece el más absoluto de mis respetos, pero no podemos ser permisivos con nadie ni nada que se asemeje a una secta, ni mucho menos si practican ritos reñidos con la moral o estimulan el consumo ilegal de estupefacientes".
Con sedes en diferentes barrios porteños, preparan a jóvenes -de ambos sexos y generalmente atractivos- invitándolos a sostener una vida sana y alejada de los prejuicios del cuerpo. "Primero me impresionaron como personas puras, sanas, que no tomaban, no fumaban, practicaban tantra yoga, vivían en comunidad. Yo estaba en la búsqueda de algo así y me gustó. Ellos piden que todos mantengamos parejas abiertas, como una cuestión evolutiva, y si bien sabía que practicaban el sexo grupal y que cada mujer tenía varios novios, yo no participaba porque mi interés pasaba por otro lado", dice Raúl, un lugareño que acudió a una de las sesiones.
Por su parte, los representantes del grupo rumano aseguran que ninguno de sus discípulos actuó en contra de su voluntad.