miércoles, 4 de enero de 2012

La familia que evidenció el racismo de la policía de Londres

LONDRES, 4 enero 2012 (BBC).- Después de casi dos décadas de luchar contra el muro del racismo, la familia Lawrence vio cómo la justicia declaró culpables de asesinato a Gary Dobson y David Norris, dos hombres blancos que en 1993 apuñalaron hasta la muerte a su hijo Stephen, un adolescente negro que esperaba un autobus.

La madre de Sthepen, Doreen
Su caso, empantanado por la negligencia policial, no sólo desangró a la familia sino que partió en dos a la sociedad británica en temas de racismo.
Este miércoles un juzgado de Londres condenó a Dobson a 14 años y dos meses de prisión y Norris a 14 años y tres meses. Ambos condenados, de 36 y 35 años respectivamente, recibieron penas más cortas en estos casos porque en el momento del asesinato eran adolescentes. Otros tres sospechosos están pendientes del caso.
"No puedo sentirme alegre porque Stephen no está. Nunca sabré si habría estudiado arquitectura como decía ni conoceré a sus hijos. No puedo perdonar a las personas que le quitaron la vida. Ellos piensan que no hicieron nada malo", comentó Doreen, madre de Stephen, a la BBC.
Doreen y su esposo Neville, originarios de Jamaica, llegan al final de un camino lleno de obstáculos que provocó la transformación de la policía británica después de que diversas investigaciones evidenciaran el racismo que atravesaba la institución.

'Racismo institucional'

En 1993 la policía detuvo a cinco adolescentes blancos como sospechosos del asesinato pero finalmente les dejaron en libertad por falta de pruebas. No se hicieron análisis de ADN y se desestimó el testimonio de su mejor amigo, Duwayne Brooks, quien le acompañaba en el momento de su muerte, entre otros detalles.
Parecía el final del túnel ante la imposibilidad legal de que los sospechosos enfrentaran dos juicios por el mismo delito. Fue entonces cuando los Lawrence iniciaron su tortuosa marcha.
Doreen y Neville, dos ciudadanos medios londinenses (ella es profesora y él carpintero), comenzaron a investigar por su cuenta, a recoger cabos sueltos, a convocar ruedas de prensa donde señalaban la parcialidad de la policía. Mientras tanto sus rostros comenzaban a ser familiares para la sociedad británica.
Cuatro años después de la muerte de Stephen, los Lawrence reunieron un catálogo de errores de la investigación que provocaron que un nuevo equipo de forenses descubriera evidencia que comprometía a dos de los cinco sospechosos.
Manchas de sangre, fibras de ropa y un cabello que pertenecía a Stephen, fueron encontrados en la ropa de Dobson y Norris. Ambos negaron el crimen y señalaron que en los últimos años la policía había mezclado pruebas para culparlos.
El impacto en la sociedad británica
"Stephen no era la primera víctima negra en el Reino Unido pero la sociedad británica de repente comenzó a identificarse con su caso. Era un buen estudiante, deportista, no tenía conexión con armas o con el mundo de la droga. A ello hay que sumarle la fuerte personalidad de sus padres que nunca desfallecieron", comentó Julian Kane, periodista de la BBC que cubrió el caso.
"Por primera vez la sociedad británica se identificaba con una familia negra, con el sufrimiento de unos padres. Eso representó un gran cambio social porque se entendía que la sociedad británica es una sociedad multicultural", agregó.
En 1997, cuando algunos medios ingleses pedían reabrir el caso, ocurrió un punto de inflexión. El nuevo ministro del Interior, Jack Straw, ordenó una investigación pública que sacudió los cimientos de la policía.
El llamado Informe Macpherson llegó a la conclusión de que la policía británica había fracasado en su obligación básica de investigar porque el Met (la policía metropolitana de Londres) estaba corroída por un 'racismo institucional'.
La investigación le solicitó al Parlamento introducir dos cambios importantes en las leyes sobre la igualdad y la justicia.
La Ley de Relaciones Raciales de 2000 impuso que los organismos públicos tienen que promover la igualdad. En la práctica la ley obliga a instituciones, como la policía, mostrar lo que están haciendo para tratar a todos con justicia.
Así mismo se eliminó el principio legal que impedía a alguien ser juzgado dos veces por el mismo delito después de ser absuelto en la primera audiencia.

Los cambios en la policía

Gary Dobson y David Norris
"El caso de los Lawrence es un momento histórico para Gran Bretaña porque la sociedad ha visto cómo unas víctimas de la injusticia han luchado hasta que han tirado el sistema abajo. El caso ha cambiado profundamente la forma como vemos las diferencias raciales y el racismo en nuestra sociedad", señaló a la BBC Matthew Ryder, representante legal de la familia.
La policía, por su parte, ha tenido que reconstruirse totalmente para recuperar el respeto ciudadano.
"La institución ha pasado de la ceguera sobre temas de racismo a una policía que entiende las diferencias y las expectativas de diferentes comunidades. El caso de Stephen Lawrence ha provocado uno de los cambios más grandes y profundos en la policía británica", explicó Lord Blair, ex comisionado de la policía metropolitana de Londres.
Los Lawrence no celebran. En este período se divorciaron y tienen otros dos hijos que ha visto crecer en medio del dolor y la rabia de los últimos 18 años. Duwayne, el mejor amigo de Stephen, ahora convertido en un hombre, les recuerda al hijo que no conocerán.
"Al final se hizo justicia", escribió Duwayne en Twitter.