miércoles, 4 de enero de 2012

Los refrescos de Pepsi desintegran ratones

WASHINGTON, 4 enero 2012 (EFE).- Todos o casi todos somos conscientes de que algunos refrescos contienen un catálogo extenso de sustancias químicas; lo que no sabíamos era que algunas son capaces de disolver ratones.

Eso ha dicho sorprendentemente Pepsi, y todo para defenderse de una demanda que podría comprometer su imagen en el mercado: Ronald Ball, un ciudadano estadounidense, denunció a la compañía por haberse encontrado presuntamente un ratón en una lata de Mountain Dew (Rocío de la montaña), un refresco cítrico que la compañía comercializa en EE.UU, entre otros países (en España dejó de producirse en 2009).
Lo curioso es que, para contrarrestar esta acusación, los abogados que representan a Pepsi han alegado argumentos químicos: “el ratón se habría disuelto en el refresco si allí hubiera estado desde que se selló la lata hasta que se abrió”, recogen el medio local Madison Record, así como varios portales de noticias jurídicas americanas.
El proceso no es nuevo; de hecho, ya viene de lejos. El supuesto incidente se produjo en noviembre del 2008 en Wood River (Illinois). Al parecer, Ball se hizo con la lata en su lugar de trabajo y vomitó al encontrarse con el animal dentro de la misma, aunque la denuncia no se produjo hasta abril del 2009.
Antes de ello, Ball denuncia que se quejó a Pepsi. Según su versión, la compañía de refrescos le pidió que le enviara el ratón para investigar el presunto incidente. Ball dice que así lo hizo, aunque pidió que se lo devolvieran para tener la prueba. Nunca más supo del roedor.
El caso fue archivado ese mismo año por falta de evidencias, pero el denunciante ha vuelto a la carga una y otra vez hasta conseguir que un juez obligara a testificar al gabinete jurídico de la empresa, que argumenta cómo el acido del Mountain Dew debería haber desintegrado al mamífero, o al menos convertirlo en una “sustancia gelatinosa”.
El veredicto no se conoce, pero Ball pide 50.000 dólares como indemnización, nada comparado con los efectos catastróficos que sufriría Pepsi en caso de perder el pulso. Y todo por un pequeño roedor.