domingo, 18 de abril de 2010

Niño atado a la farola como una bicicleta

PEKÍN, 18 abril 2010 (EFE).- Como si de un perro, una bicicleta o una moto se tratase, el pequeño de cuatro años pasaba las horas atado con una cadena a una farola. No era un castigo por portarse mal, sino una forma de que el niño no se perdiera, o al menos eso es lo que argumenta su padre Chen Chuanliu, un taxista chino, que vio como hace unos meses otra de sus hijas desaparecía en Pekín sin dejar rastro.

Cuando Chen conseguía un cliente al que transportar en su motocicleta no tenía con quién dejar al niño, ya que su mujer es discapacitada mental y no puede hacerse cargo de los niños. Así que un día decidió dejarlo atado a una farola hasta su regreso. Y así lo ha hecho durante una semana.

Muchos comerciantes de la zona le han ofrecido mucho dinero -Chen gana unos cinco euros al día- por adoptar a sus hijos, pero él se ha negado. También ha rechazado la ayuda del gobierno municipal de Fangshan. Lo que sí ha aceptado es dejar de atar al pequeño.