GROZNY, 16 agosto 2010 (BBC).- En la calle había decenas de autos estacionados. Una multitud pujaba por pasar las puertas de metal.
En el patio, mujeres llenaban botellas plásticas y garrafas con agua bendecida por el imán. Cuando me descalzaba reparé en una placa de mármol en la pared que decía: "No hay mal que Alá no cure". Adentro, familias se apiñaban en los sofás.
Habías caras llorosas. Hombres caminaban de un lado a otro. Parecía la sala de espera de cualquier hospital hasta el momento en que alguna chica comenzaba a temblar y contorsionarse.
Alaridos espeluznantes llegaban desde el otro lado de una puerta de vidrio opaco, pero nadie se inmutaba. Gradualmente los gritos eran ahogados por cantos procedentes del Corán.Un hombre, entonces, la recogía y la cargaba hasta otro salón.
"Saca tus pezuñas de esta mujer. ¿No te da vergüenza?. Abandona su cuerpo como lo hiciste la última vez: por sus pies"Mulá Mairbek Yusupov, exorcista
La mayoría de los "pacientes" eran mujeres jóvenes y muchas sufrían colapsos nerviosos tras haber sido obligadas a contraer matrimonio. Estaban dispuestas a ser exorcizadas.
El Centro de Medicina Islámica es una imponente mansión de ladrillos rojos en Grozny.
En el pasado, el edificio fue el cuartel del caudillo checheno Shamil Basayev, enemigo número uno de Rusia y el autor intelectual de la toma de una escuela en Beslán, en 2004.
Como muchos otros edificios en la capital chechena, el centro de medicina ha sido costosamente restaurado, luego de que dos guerras para independizarse de Rusia devastaran Grozni.
La vista gorda
Desde que se alcanzara un alto el fuego, el Kremlin ha financiado un programa de reconstrucción, y la calle principal de la ciudad, renombrada Avenida Putin, es ahora irreconocible con sus cafés, tiendas de marca y restaurantes de sushi.
El Centro de Medicina Islámica está dirigido por el médico personal de Kadyrov, y en su primer año afirma haber curado a más de 60.000 pacientes de enfermedades físico-neurológicas.Por otra parte, Ramzan Kadyrov, quien fuera presidente de la entonces provincia rebelde del sur de Rusia, ha promovido la construcción de una extensa infraestructura musulmana que incluye una de las mayores mezquitas del mundo, escuelas religiosas y una universidad islámica.
Tras 15 años de guerra, no hay escasez de personas traumatizadas en Chechenia.
Kadyrov una vez se enfrentó a Rusia, pero hoy es aliado clave de Moscú en el intento de controlar la insurgencia en el norte del Cáucaso.
A cambio, el Kremlin se hace la vista gorda ante las acusaciones de tortura y violencia atribuidas a la milicia personal de Kadyrov, las cuales él niega. Sus partidarios niegan que él esté imponiendo la ley islámica por encima de la ley rusa. En la práctica, el líder checheno tiene vía libre para instaurar su propia versión de lo que él llama "el Islam tradicional checheno".
"Imaginen la escena. Sus hijos han raptado a una chica y la desposan. Lo que ellas (las suegras) quieren es una mujer agradable, tranquila, hogareña. No alguien que está deprimida cuando se despierta e histérica antes de irse a la cama. Por eso las llevan al mulá" Lipkhan Bazaeva, grupo Dignidad de la Mujer.Jóvenes acusados de aliarse con combatientes rebeldes han sido capturados de sus casas en las noches y nunca se les ha vuelto a ver. Sus familiares han sido arrestados y sus casas incendidas.
Imanes calificados de desleales son suspendidos. Grupos de hombres vestidos de negro, pertenecientes al flamante Centro para la Educación Moral y Espiritual, recorren las calles sermoneando sobre lo maléfico del alcohol y lo que denominan la interpretación correcta del Islam.
Novias raptadas
Las mujeres también han sido blanco de las reformas de Kadyrov. En 2007, en violación de la ley rusa, Kadyrov emitió un edicto en el que prohibía a las mujeres sin velo islámico acudir a escuelas, universidades y edificios públicos.
Desde junio pasado, hombres recorren las calles del centro de Grozny disparándole a mujeres descubiertas con pistolas de pintura.
En la televisón estatal, Kadyrov aseguró que no sabía quiénes eran responsables de esos ataques pero añadió: "Cuando los halle les expresaré mi gratitud".
Al encontrármelo en el estadio de fútbol de Grozny el verano pasado, me dijo: "Las mujeres son mucho más interesantes cuando están cubiertas".
Funcionarios que escuchaban sonrieron torpemente cuando manifestó que los hombres pueden tomar "una segunda, tercera o cuarta esposa" y que la poligamia, ilegal en Rusia, era la mejor manera de contribuir con el renacimiento checheno.
Según algunos estimados, uno de cada cinco matrimonios chechenos se originan con el rapto en la calle de la mujer que es forzada a entrar a un vehículo por el futuro esposo y sus cómplices.
Internet está lleno de videos de estas "novias raptadas", a los que se les añade una música de fondo romática.
Con mucha frecuencia, a la chica raptada es presionada a casarse con el raptor, para preservar el honor de la familia y evitar un conflicto sangriento. Algunas se resignan a su suerte y sorprendentemente llevan bien su vida de casadas. Pero ése no es siempre el caso.
Golpes y vendas en los ojos
Lipkhan Bazaeva, quien encabeza una organización llamada Dignidad de la Mujer, explica que las esposas a veces son llevadas al centro de salud por sus suegras, quienes las creen poseídas de espíritus malignos, o criaturas sobrenaturales, especie de "genios".
"Imaginen la escena. Sus hijos han raptado a una chica y la desposan. Lo que ellas (las suegras) quieren es una mujer agradable, tranquila, hogareña. No alguien que está deprimida cuando se despierta e histérica antes de irse a la cama. Por eso las llevan al mulá", expresa.
Según algunos estimados, uno de cada cinco matrimonios chechenos se originan con el rapto de la mujer en la calle.
El mulá Mairbek Yusupov es un hombre hombre barbudo, de baja estatura, cubierto con una bata verde como las de los cirujanos. Me parece un hombre apacible hasta que lo veo en acción.
La "paciente" yacía con los ojos vendados cubierta por una bata floreada. El mulá comenzaba a recitarle versos coránicos al oído y a golpearla con una pequeño bastón. "Ella no siente dolor", dijo Yusupov. "Golpeo al genio, no a ella". La mujer, que parece veinteañera, se retorcía y gruñía: "Déjenme tranquila".
Según el mulá, la voz que ella emitía procedía del espíritu que la poseía. La respuesta de Yusupov fue: "Saca tus pezuñas de esta mujer. ¿No te da vergüenza?. Abandona su cuerpo como lo hiciste la última vez: por sus pies". Con una rostro inexpresivo, el mulá dijo que el genio que poseía a la mujer tenía 340 años de edad y no era musulmán, sino un ruso que se había enamorado de su víctima.
El ser estaba tan celoso que la hizo que abandonara a su marido. "Es un caso difícil", explicó. Se trataba de la séptima vez que trataba a la "paciente".
Más tarde hablé con la tía de la mujer, quien también presenció el exorcismo. Por ella supe que la chica había sido raptada a los 16 años de edad y desde entonces se había divorciado dos veces.
"Ella siempre quiere estar sola", suspiró. "Nunca quiere hablar con nadie, ni que la vean y nada la satisface".
Su familia esperaba que en el centro médico fueran capaces de transformar a la chica en una persona obediente de manera que la pudieran volver a casar.
Pocos días después conversé con Marryat, otra "paciente", quien fue raptada pero su raptor ya estaba casado. Ella se mostraba convencida de que la otra esposa la hechizó atrayéndole dos genios.
La tradición chechena establece que tras un divorcio, el marido y su familia se hacen cargo de los hijos. Las ex esposas casi nunca reciben la custodia de los menores, pese a sus derechos establecidos en la ley rusa, porque se considera vergonzoso ir a los tribunales.Cuando dejó al marido tuvo que renunciar a su bebé.
Le pregunté al mulá Mairbek si él culpaba a los seres sobrenaturales de las rupturas matrimoniales y le sugerí que algunas mujeres podrían estar traumatizadas por el rapto, el matrimonio forzado, o la pérdida de sus hijos.
Marryat reaccionó con desdén. "Tenemos muchas mujeres con el mismo problema. Hoy tuve una paciente a la que el espíritu le dijo que se divorciara, que su esposo no la amaba, que no debía mantener su matrimonio solamente pensando en los hijos".
Sin embargo, "se trata de la táctica del ser sobrenatural para lograr sus propios objetivos, por lo que hay que impedirlo". Pese a lo que yo pueda opinar sobre sus métodos, el mulá no me pareció un hombre sádico.
Me sorprendió la disposición de las mujeres y sus familias a someterse a sus exorcismos e incluso volver. La terapia es la manera que tienen que aceptar los acontecimientos y, más que nada, una expresión de su impotencia. La tragedia de estas mujeres es que no tienen a dónde más acudir.