CIUDAD DE MÉXICO, 25 agosto 2010 (El Universal).- Galardonadas en el concurso Nuevo Periodismo Iberoamericano, las instantáneas realizadas por Alejandro Cossio dejan ver la realidad que se vive en México
La guerra interna que libran las Fuerzas Armadas de México contra los grupos criminales, como lo son los narcotraficantes, no es un secreto. Desde el año 2006, han muerto 28 mil personas relacionadas de manera directa o indirecta a este conflicto armado, reporta BBC.co.uk.
Alejandro Cossio, periodista freelance y colaborador de Semanario Zeta, ha sido uno de los fotógrafos que ha conseguido capturar con la lente de su cámara varios de los momentos más violentos de este movimiento. Recientemente, fue premiado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) por su trabajo "México en el punto de quiebre".
La colección de imágenes, presentadas por De10.mx en el artículo "Dosis de realismo en fotoperiodismo de impacto", consiguió ganar el concurso organizado por la FNPI, donde participaron varios periodistas a nivel Iberoamérica. Cossio, quien vive en Tijuana, muestra de manera reflexiva el contexto detrás de la guerra contra el narco.
En sus imágenes es posible observar desde cuerpos abatidos por las balas, hasta aquellos elementos de culto y religiosos que se relacionan a los cárteles mexicanos. La siguiente es una imagen de la "Santa Muerte", a la cual se encomiendan muchos criminales para sobrevivir lo mejor posible el día.
Alejandro lleva alrededor de 13 años trabajando como fotógrafo. Su trabajo ha sido publicado en diferentes agencias como EFE y AP. "Mi intención es documentar la situación de violencia que se vive en Tijuana", comentó en entrevista para el diario español El País.
También las armas son objeto de culto entre los sicarios, quienes decoran de diversas maneras sus pistolas. Incluso, llegan a bañar en oro los mangos, demostrando el poderío, así como recursos económicos que tienen.
Su exposición lo ha llevado a ser nombrado el "fotógrafo oficial del narcotráfico" en México. Cossio dice no sentir miedo a la hora de realizar sus retratos, pues de pasar por una situación así, solamente se petrificaría y no haría las cosas como se deben hacer.
El tono obscuro con el que presenta muchas de sus imágenes ayuda a darle mayor impacto a la escena, aún cuando se trate de mostrar el cuerpo de algún amigo. El fotógrafo de Semanario Zeta tuvo que retratar al director de esta publicación, a quien consideraba como un hermano, y quien falleciera después de recibir varios impactos de bala.
"Sólo con un detalle se pueden decir muchas cosas, sin tantos muertos, aunque también es necesario fotografiarlos para hacer énfasis en que hay muchos, que se trata de una guerra", comenta el fotógrafo.
Alejandro, quien tiene 35 años de edad, asegura no tener idea de la manera más adecuada para frenar la violencia que aqueja a Tijuana y México. "Me encantaría tener una varita mágica, pero no la tengo", indicó para El País.
La luz de la siguiente foto, de acuerdo a Cossio, significa la luz que utiliza Dios para llevarse el alma de los muertos. En la imagen aparece un ejecutado.
miércoles, 25 de agosto de 2010
"Fotógrafo del narcotráfico"
9:46:00 a.m.
México