HONG KONG, 7 septiembre 2010 (BBC).- Cuando los huracanes golpean las zonas costeras densamente pobladas, los efectos suelen ser devastadores. Sin embargo, de acuerdo a un nuevo estudio, las ciudades no son meras víctimas pasivas del efecto de los huracanes, sino que también son las encargadas de atraer hacia sí mismas estos fenómenos naturales.
Según los científicos de la Universidad de Hong Kong que llevaron a cabo la investigación, la textura del paisaje influye sobre la trayectoria de los huracanes: las áreas rugosas, que abarcan desde ciudades con edificios altos hasta bosques o terrenos montañosos, ejercen una marcada atracción sobre las tormentas tropicales.
"Esto se debe a que cuando los vientos que vienen del océano -cargados de humedad- se topan con un terreno áspero, generan una mayor fricción", le dijo a BBC Mundo Johnny Chan, líder del equipo de investigadores.
El aire que se amontona en la región rugosa comienza a ascender -porque no tiene otro lugar a donde ir- y se mueve hacia una zona de baja presión, en el centro de la tormenta, donde continúa subiendo.
"Este aire con mucha humedad se enfría, se condensa y forma nubes. Cuando el vapor de agua se transforma en líquido, libera calor y los ciclones tienden a moverse hacia las áreas donde hay más liberación de calor, porque el calor fuerza al aire a girar más rápido", añadió Chan.
"La simulación es algo así como una caja. En un lado la superficie del fondo es muy rugosa y en el otro la superficie es lisa. La parte áspera representa la tierra y la lisa el océano", explicó el investigador.
Los científicos subdividieron la esquina rugosa en dos, con una parte más áspera -que representa edificios más altos- que la otra.
En una de las simulaciones, los científicos incluyeron una zona costera con edificios en el norte y una región más plana en el sur. Allí, introdujeron un huracán que se aproximó a la costa desde el este, como ocurren en el caso de las tormentas tropicales que azotan las costas de Florida, en EE.UU.
El huracán se movió hacia el norte. Cuando los científicos intercambiaron las zonas (colocando los edificios en el sur), el huracán se aproximó hacia el sur.
Esta desviación alcanzó un máximo de 30 km. "Pero la desviación depende de la magnitud de la tormenta. Si introduces en el modelo una tormenta más fuerte, la desviación será mayor", señaló Chan.
Precisión
En opinión del investigador, el estudio aporta información valiosa a la hora de hacer predicciones respecto a los huracanes.
"En las predicciones reales es crucial contar con una buena representación de la superficie del terreno. La clave está en mantener esta información al día, sobre todo porque los paisajes costeros cambian constantemente, dado que a la gente le gusta construir edificios con vista al mar", dijo Chan.
"Si utilizas información de hace diez años, las predicciones no serán precisas", concluyó el investigador.
Fotos: Huracán Katrina sobre Misispi en 2005 (NASA / Agencias).
Ver notas sobre otras variables que afectan a los huracanes, publicadas en Wicked Magazine.