martes, 12 de julio de 2011

Primer transplante de ambas piernas del mundo

VALENCIA, 12 julio 2011 (ABC).- El cirujano Pedro Cavadas ha realizado el primer trasplante de piernas del mundo. La intervención, que comenzó en la noche del domingo y finalizó la madrugada de ayer, se ha llevado a cabo en el hospital La Fe de Valencia. Los resultados de la cirugía se conocerán en los próximos meses, cuando se vea cómo evolucionan los implantes y de qué modo avanza el proceso de rehabilitación. El paciente era un hombre joven con las dos piernas segadas a tanta altura que no se podían utilizar prótesis.






Pedro Cavadas realiza el primer transplante de piernas del mundo

VALENCIA, 12 julio 2011 (Diario Vasco).- Ha vuelto a hacerlo. El microcirujano valenciano Pedro Cavadas ha inscrito otra vez su nombre en la historia universal de la medicina al devolver las dos piernas a un joven condenado a vivir en una silla de ruedas. El especialista firmó ayer de nuevo una intervención de «alta complejidad» sobre la que no existían antecedentes ni experiencias previas. Los entresijos de la cirugía se conocerán hoy y su resultado en los próximos meses, cuando se vea cómo evolucionan los implantes y de qué modo avanza el paciente en su proceso de rehabilitación. Lo que de momento se sabe es que todo lo que en teoría debía resultar, en la práctica también ha funcionado.

«Tengo capacidades innatas, como la habilidad de mis manos y otras que me enseñaron de niño, como el esfuerzo y la constancia; pero el 90% de mi éxito se debe al trillón de horas que he dedicado y dedico al estudio y el otro trillón que le entregó a mi trabajo». Ese es el secreto del éxito del más popular y controvertido de los cirujanos españoles, que esta tarde ofrecerá una rueda de prensa para aportar detalles sobre la última intervención que le ha devuelto a las primeras páginas informativas. Ayer, después de una sesión de quirófano que se prolongó desde primeras horas de la noche hasta la madrugada, el especialista descansaba. Recuperaba fuerzas. Entretanto, el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, aportó los primeros datos.

El paciente que se sometió a la intervención era un hombre joven con las dos piernas segadas a tanta altura que «no se podían utilizar prótesis». Era una opción inviable. Había que buscar otras. «Cuando la amputación se da en una pierna o en la dos por debajo de la rodilla» -explicó el experto- «no está justificado someter» a una persona «al riesgo de una inmunosupresión de por vida y una rehabilitación muy prolongada».

La inmunosupresión representa uno de los principales problemas que han de afrontar los pacientes trasplantados. Para conseguir que el sistema inmunitario del afectado no reconozca el nuevo órgano como un elemento extraño y lo rechace, se le da al paciente una medicación que rebaja sus defensas al máximo. Se le inmunodeprime. La terapia antirrechazo que se le aplica durante la cirugía debe suministrarse luego de por vida para conseguir los mismos objetivos. Eso explica la cautela a la que se refería Matesanz. El trasplante tiene que estar muy justificado para someter a una persona a un tratamiento de semejante calibre.

Ser capaz de tenerse en pie

La cirugía, desde este punto de vista, parecía justificada. Nunca se había intentado, pero Cavadas y el hospital La Fe de Valencia lo creyeron posible. El asunto, según detalló el director de la ONT, era ver si existía alguna posibilidad de «resolver un problema al enfermo, que si no se sometía a la operación iba a estar en silla de ruedas de por vida». El joven fue informado de «los pros y los contras de la alternativa», dio su visto bueno hace un año y comenzó la búsqueda de «un donante que se ajustase a las características del receptor», que suele ser lo más complejo de localizar.

Donante y receptor deben ser compatibles desde el punto de vista sanguíneo, del mismo sexo y también de una altura, color de piel, edad y fisonomía similar. La intervención, en teoría, resulta más sencilla que un trasplante de brazos, porque los movimientos del pie no son tan minuciosos como los de las manos. Hay que unir los huesos, como si de resolver una fractura se tratara, con placas y clavos, y suturar una a una, con ayuda del microscopio, las venas, las arterias, luego los nervios y, por último, los músculos y la piel.

Lo que hacía complicada la operación era la altura de las piernas donde debían hacerse las costuras. Por encima de la rodilla. No es menos complejo lo que llega a partir de ahora. «Las nuevas extremidades deben sostener todo el cuerpo», advirtió Matesanz, consciente de que ahí radicará el verdadero el éxito de la cirugía. El proceso de rehabilitación durará meses. Tal vez años. «Hay que esperar al postoperatorio, que el paciente esté estabilizado», dijo. Toca paciencia.

Un nuevo hito en la medicina mundial


VALENCIA, 12 julio 2011 (El Mundo).-La sanidad española en general, la valenciana en particular, todo el Hospital La Fe en su conjunto y la figura irrepetible de Pedro Cavadas una vez más como líder del proyecto han conseguido marcar un hito sin precedentes en la medicina mundial. Muchos han sido los logros de nuestro sistema de trasplantes, tanto en cantidad como en calidad, pero hasta ahora no habíamos podido decir que en uno de nuestros hospitales públicos se había realizado un procedimiento hasta entonces no realizado en ningún lugar del mundo.

Lo han hecho posible todas estas instancias, compuestas por profesionales de primerísima línea y sobre todo una vez más la generosidad de la familia de un donante que es la que a fin de cuentas ha permitido afrontar el camino de la recuperación a un paciente de otra forma condenado a una silla de ruedas de por vida.

Hay que dejar muy claro que una amputación unilateral no habría sido objeto de trasplante ni tampoco una bilateral por debajo de la rodilla que habría podido solucionarse con prótesis. La asunción del riesgo de una intervención quirúrgica muy importante, una medicación anti rechazo de por vida como en cualquier trasplante y una rehabilitación que por lo que sabemos de los trasplantes de brazos, va a ser larga y complicada, solo está justificada en un caso como éste sin otra solución posible.

La comisión de trasplantes del consejo interterritorial que hace algo más de un año informó favorablemente esta intervención tuvo muy en cuenta todos estos aspectos, así como el hecho de que el paciente, una vez debidamente informado y enterado de los pros y contras decidió que merecía la pena estos riesgos con tal de recuperar la deambulación. No hay muchos casos como éste de manera que no cabe esperar una proliferación de enfermos similares. Recuerdo sin embargo que cuando la noticia se hizo pública, aparte la natural curiosidad en todo el mundo, desde el Reino Unido plantearon la existencia de soldados británicos en Afganistán con amputaciones altas por minas que podrían ser candidatos a este procedimiento.

Ahora solo cabe esperar la evolución del paciente, respetar la intimidad del mismo y por descontado el anonimato del donante y desear con todas las fuerzas que se haya conseguido lo que para el doctor Cavadas (y para cualquier médico que ame su profesión) constituye una máxima fundamental: hacer lo posible y lo imposible para solucionar un problema a un enfermo.

Nada más y nada menos que eso. Un motivo más para conservar como oro en paño esta joya que representa nuestro Sistema Nacional de Salud.

Fotos: Pedro Cavadas / Modelo de la cirugía (Internet)

Videos: Youtube



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