Yvonne había causado gran expectativa en Alemania durante todo el verano, tras huír del matadero saltando una valla metálica, ocasionar severos problemas de tránsito y terminar refugiada en el bosque.
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Detrás de la vaca color canela y de cabeza blanca estaban sus captores, la policía y los defensores de los derechos de los animales que la tomaron como estandarte. Además de una extensa audiencia que siguió sus aventuras por los medios de comunicación y las redes sociales.
Para tranquilidad de los activistas (y los automovilistas), Yvonne fue hallada y ya se encuentra a salvo en un santuario animal.
La vaca Yvonne ya se encuentra en un establo de un santuario animal en Deggendorf, en el este de Bavaria. La persecución del bovino levantó el debate de su "derecho a vivir" entre los alemanes durante varios meses.
La presión llegó a tal punto que esta misma semana, las autoridades decidieron aplazar hasta octubre la apertura de la veda que permitiría cazarla disparándole.
Pero este jueves terminó el debate cuando Yvonne se apareció -pacíficamente y por voluntad propia- en una granja de Muehldorf. Aún así, su captura requirió de una doble dosis de tranquilizantes.
Tras comprobar su identidad, el propietario decidió entregarla al refugio Gut Aiderbichl y, con un final tan curioso como la historia misma, nadie se hizo con la recompensa de US$14.000 que había ofrecido un diario alemán por su captura.