OSLO, 19 octubre 2011 (AFP).- "Se vende plataforma en buen estado. 20 cuartos, vista panóramica al mar, amplio espacio para helicóptero", dice el anuncio que publicita la venta de la plataforma petrolera Huldra, en pleno corazón del mar del Norte, al precio de una corona (13 céntimos de euro).
Para deshacerse de la instalación, que pronto quedará en desuso debido a que el pozo de petróleo que explota ya está seco, la empresa petrolera noruega Statoil ha puesto en venta la Huldra el martes como si de un anuncio inmobiliario se tratara.
En el folleto ilustrativo que ha colgado en su página web, Statoil señala con humor que la plataforma no dispone de plaza de aparcamiento. "Para llegar hay que tomar el barco, al oeste de Bergen, en dirección a alta mar", se puede leer.
El precio es de 1 corona (13 céntimos de euro) pero el futuro propietario tendrá que asumir los costos del desplazamiento.
Con un diseño bastante moderno, ya que entró en funcionamiento en 2001, Huldra podría interesar a otras empresas petroleras, según Statoil, que no ha excluido que pueda dársele otro uso.
El desmantelamiento de las inmensas plataformas 'offshore' es un dolor de cabeza para la industria petrolera, debido a la estricta reglamentación medioambiental que rodea estas operaciones.
Foto: fotografía sin fechar proporcionada el martes 18 de octubre por el gigante energético noruego Statoil de la plataforma Huldra del Mar del Norte, puesta a la venta.
Para deshacerse de la instalación, que pronto quedará en desuso debido a que el pozo de petróleo que explota ya está seco, la empresa petrolera noruega Statoil ha puesto en venta la Huldra el martes como si de un anuncio inmobiliario se tratara.
Plataforma petrolera Huldra |
El precio es de 1 corona (13 céntimos de euro) pero el futuro propietario tendrá que asumir los costos del desplazamiento.
Con un diseño bastante moderno, ya que entró en funcionamiento en 2001, Huldra podría interesar a otras empresas petroleras, según Statoil, que no ha excluido que pueda dársele otro uso.
El desmantelamiento de las inmensas plataformas 'offshore' es un dolor de cabeza para la industria petrolera, debido a la estricta reglamentación medioambiental que rodea estas operaciones.