BERNA, 25 de agosto 2008 (BBC).- Los glaciares alpinos que se derriten están revelando datos fascinantes sobre la vida neolítica en la alta montaña y abriendo puertas par entender el cambio climático.
Científicos de todo el mundo han escuchado estas conclusiones durante un encuentro en Berna, Suiza. Los descubrimientos clave en la zona comenzaron en 1991, cuando se encontró a Oetzi, conocido como "el hombre de hielo", a una altitud de 3.000 metros.
Al comprobarse que Oetzi vivió en el año 3300AC, se pudo estimar que los Alpes habían sido habitados antes de lo que se pensaba hasta entonces.
Los nuevos descubrimientos en el monte de Schnidejoch (2.756 metros) en Suiza han confirmado esta teoría.
Flechas y ropa
En el caluroso verano de 2003, una pareja suiza que estaba en la zona encontró un pedazo de madera que recogió e hizo analizar por expertos. Ese análisis arqueológico reveló que ese madera era un carcaj (el cilindro que se usa para llevar las flechas) y que era de hace 3.000 años.
"Esto es único: no hemos visto un carcaj así en ningún lugar del mundo", dijo Albert Hafner, jefe de arqueología del cantón de Berna.
Al inicio, el descubrimiento no se hizo público, para evitar un saqueo de la zona, pero los arqueólogos locales subieron a la montaña y encontraron más elementos.
Ahora tienen el equipo completo de flechas y material orgánico: cuero, partes de zapatos, y parte de un pantalón.
Algunos de los descubrimientos, incluso, tienen orígenes anteriores, como parte del cuero encontrado y una vasija de madera, que son del año 4500AC y por eso, los más antiguos encontrados en los Alpes. También se han encontrado objetos más recientes, como un prendedor de la Edad del Bronce y monedas de la época romana.
Calentamiento
Según los científicos, lo más fascinante de los descubrimientos es que se corresponden con los momentos históricos en los que está científicamente demostrado que la Tierra estaba pasando por un período particularmente cálido.
Esto se debe a las fluctuaciones en el recorrido orbital que realiza la Tierra respecto al Sol. Era en estos momentos, afirman, cuando los seres humanos podían recorrer estas zonas montañosas.
"El lugar de los descubrimientos se encuentra exactamente donde el glaciar responde con más sensibilidad a los cambios climáticos de corto plazo. Nos podría revelar la imagen más precisa de las fluctuaciones de corto plazo de los glaciares en los últimos seis o siete mil años", agregó. Lo que sí sabemos es que el clima ha fluctuado a lo largo de la historia; en el pasado esos cambios eran causados por los cambios en la órbita de la Tierra y ahora se deben a las emisión de gases de invernadero"
Martin Grosjean, arqueólogo
¿Caída en frío?
Las monedas romanas encontradas allí, además, son vistas como una prueba de que los romanos usaron esta ruta para cruzar los Alpes desde Italia a sus territorios en el norte europeo.
Curiosamente, una de las épocas de temperaturas más bajas en la Tierra coincide con el declive del Imperio Romano, lo que sugiere que con el enfriamiento ese tránsito se complicó.
Pero, ¿quiere decir esto que los cambios climáticos contribuyeron a la caída del Imperio Romano?
"Eso es exagerar un poco las cosas", dice Grosjean. "Pero lo que sí sabemos es que el clima ha fluctuado a lo largo de la historia; en el pasado esos cambios eran causados por los cambios en la órbita de la Tierra y ahora se deben a las emisión de gases de invernadero".
Además, según Grosjean, los elementos de cuero encontrados en el Schnidejoch -de más de 5.000 años de antigüedad- son prueba de que la Tierra se está calentando.
"El cuero es la joya de los descubrimientos. Se desintegra fácilmente si es expuesto al sol, el viento o la lluvia. El hecho de que podamos, ahora, encontrar estas piezas de 5.000 años de antigüedad quiere decir que han estado protegidas por el hielo durante todo este tiempo, y que los glaciares nunca se han derretido tanto como se derritieron en 2003 y en los años siguientes"
Grosjean
La conferencia de Berna tiene como objetivo presentar estos descubrimientos y darle la oportunidad a otros científicos de hacer públicas sus propias investigaciones.
Esas investigaciones, en lugares lejanos como Yukón, en Canadá, apoyan teorías similares sobre el calentamiento global en base al estudio del derretimiento de los glaciares.