lunes, 25 de agosto de 2008

Y vuela... y vuela... y vuela... y...

LONDRES, 24 agosto 2008 (BBC).- Un avión diseñado que se propulsa con energía solar batió el récord mundial extraoficial de permanencia en vuelo de una aeronave no tripulada.

El Zephyr-6, diseñado en el Reino Unido, estuvo en el aire por casi tres días y medio, utilizando en las noches las baterías recargadas a través de paneles que captan la luz del Sol. El vuelo fue una demostración hecha para el ejército de Estados Unidos, que está a la busca de nuevos tipos de tecnología que sirvan de apoyo a sus tropas en tierra.

Aparatos como el Zephyr podrían convertirse en plataformas ideales para tareas de reconocimiento. También podrían servir como relevo de comunicaciones en el campo de batalla.

Chris Kelleher, de la compañía británica QinetiQ dedicada a la investigación en el campo de defensa, sostiene que los vehículos aéreos no tripulados ofrecen ventajas con respecto a aviones y satélites.

"La principal es la persistencia, el hecho de que puede estar ahí todo el tiempo. Un satélite pasa por la misma zona de la Tierra dos veces al día (una de ellas por la noche) por lo que sólo puede lograr una instantánea de la actividad. El Zephyr se mantendría en observación todo el día"
Chris Kelleher


El Zephyr voló sin parar por 82 horas y 37 minutos en la prueba realizada en el campo de prueba que el ejército estadounidense tiene en Yuma, Arizona.

Ese tiempo supera a la actual marca mundial para vuelos no tripulados del avión robótico Global Hawk fabricado en EE.UU. (30 horas y 24 minutos) e incluso al mismo Zephyr, que el año pasado llegó a sostenerse en el aire por 54 horas.

De todos modos, la marca alcanzada en Yuma es extraoficial porque la firma QinetiQ no dio participación a la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), la entidad mundial de vuelos deportivos que lleva el registro de los récords.

El Departamento de Defensa de EE.UU. patrocinó este vuelo a través de su programa Pruebas de Capacidad Tecnológica Conjunta (JCTD por sus siglas en inglés). El programa está destinado a revisar tecnologías que los comandantes estadounidenses quisieran ver operando en el futuro en el campo de batalla.

"Creemos que el Zephyr se encuentra muy próximo a convertirse en un sistema operacional. Nuestro objetivo es lograrlo antes de dos años. Tenemos que dar otro paso para mejorarlo. Tratamos de diseñar un sistema robusto y confiable que pueda realmente mantenerse trabajando por meses, así que queremos extender su rendimiento"
Kelleher


El vuelo de prueba tuvo lugar en los últimos días de julio y contó también con la participación del Ministerio de Defensa del Reino Unido.

El Zephyr, un aparato de 30 kilogramos, fue elevado por control remoto hasta una altitud de 18 kilómetros, a partir del cual operó a través de piloto automático y comunicación satelital.

Con un sistema de propulsión a hélice, a primera vista el Zephyr parece un artefacto más de aeromodelismo. Incluso no despega desde pista sino que es lanzado a mano. Pero este "vehículo sin piloto", con una envergadura de 18 metros, incorpora la más avanzada tecnología mundial.

Está construido con material ultraliviano de fibra de carbón y vuela con energía solar generada por células de silicona, del grosor de una hoja de papel, adheridas a las alas. Las baterías de dióxido de litio-sulfuro, cargadas durante el día, permiten continuar propulsando las hélices durante la noche.

"Gran parte del esfuerzo se destinó a mejorar la capacidad de almacenamiento de energía y reducir el peso de los sistemas. El litio-sulfuro equivale a más del doble de la densidad de energía de la mejor alternativa tecnológica que se conoce que son los acumuladores de polímero de litio. Tienen un rendimiento excepcional. Para esto trabajamos con la firma Sion Corporation que las han venido desarrollando durante años. Para ellos, ésta ha sido la primera vez que la ponen a prueba a nivel mundial".
Kelleher


El Zephyr demostró también que puede hacer frente a temperaturas extremas, desde los 45 grados a nivel del suelo en el desierto de Sonora en Arizona, hasta los 70 grados bajo cero que se registran en altitudes superiores a los 18 kilómetros.

Sus fabricantes, la empresa de ingeniería QinetiQ, están colaborando con el gigante aeroespacial estadounidense Boeing en un proyecto de defensa denominado "Vulture" La iniciativa tiene como objetivo poner en el aire el avión más grande de la historia, propulsado por energía solar, y que podría mantener su posición sobre un punto particular de la superficie terrestre en forma interrumpida durante cinco años.

QinetiQ, por otra parte, también se encuentra desarrollando tecnología de vehículos aéreos no tripulados con fines civiles.