LONDRES, 31 mayo 2009 (EFE).- Susan Boyle, la escocesa de 48 años que hace poco más de un mes se convirtió en una sensación mundial, tras su paso por el programa británico de cazatalentos "Britain's got talent", despertó en la noche del sábado del sueño al terminar segunda en el concurso, por detrás de un grupo de baile.
En la gala final del concurso de la cadena de televisión ITV, Boyle volvió a interpretar la canción "I dreamed a dream" del musical "Los Miserables", que a principios de abril le lanzó al estrellato mundial gracias a YouTube, donde más de 100 millones de personas han visitado desde entonces la página con su actuación.
Pero en esta ocasión no fue suficiente y la escocesa fue superada por "Diversity", un grupo de bailarines callejeros que lograron el favor del público y del jurado, y que terminaron haciéndose con las 100.000 libras (161.800 dólares o 114.500 euros) del premio.
"Ganaron los mejores", dijo Boyle, quien deseó "lo mejor a los ganadores" al final del concurso que tuvo una audiencia millonaria.
Estas semanas han demostrado la capacidad de la televisión para cambiar la vida de las personas y Boyle es el ejemplo claro.
De ser una desempleada que vivía con su gato en una pequeña localidad de Escocia, donde empleaba su tiempo entre la iglesia como voluntaria y de vez en cuando deslumbraba a los parroquianos del karaoke local, Boyle pasó a ser un gran fenómeno mediático.
Fue un gran éxito de los responsables del programa, que desde la primera gala supieron vender el encanto de esta mujer poco agraciada -se le apodó "el ángel peludo"-, pero con una voz prodigiosa.
Fue ensalzada por la poderosa prensa sensacionalista británica, que explotó su imagen de "segundona" convertida en famosa y que posteriormente difundió todo tipo de rumores e informaciones acerca de Boyle, como sus supuestos arranques de ira cuando el jurado aplaudía otras actuaciones o una presunta agresión a un periodista.
La presión mediática le pasó factura y los responsables del programa tuvieron que apartarla de los "flashes" y de la atención pública, después de que amenazara con abandonar el concurso.
Estas informaciones, afirmaron hoy los medios, fueron las que finalmente retiraron a Boyle el favor de los oyentes que votaron el ganador de "Britain's got talent" en beneficio de "Diversity".
Así lo constataron también las casas de apuestas, que en los días previos a la gran final vieron como la victoria de Susan Boyle empezaba a pagarse a un precio más alto.
Un portavoz de la casa de apuestas William Hill dijo a la agencia PA que la derrota de Boyle "es el revés más grande que recordamos en lo que se refiere a los concursos de televisión".
En cualquier caso, todo parece indicar que la escocesa tiene su vida resuelta, porque ha firmado ya millonarios acuerdos con casas discográficas para grabar y para realizar una gira por el Reino Unido y por Estados Unidos.