CARACAS, 31 mayo 2009 (AFP).- Iban a ser cuatro días pero acabaron siendo dos, se previó una "telenovela" con varios episodios pero fue una emisión de dos días con tres retransmisiones, luego de que el programa "Aló Presidente" del mandatario venezolano, Hugo Chávez, fuera anulado el sábado y el domingo, su día habitual de difusión.
Con motivo del décimo aniversario de esta emisión semanal del jefe de Estado venezolano, difundida cada domingo por radio y televisión, Chávez había previsto algo nunca visto: cuatro días de programa, con lugares y horarios desconocidos, con sorpresas, invitados, retrospectivas y hasta canciones.
"Cuatro días de clase", una "telenovela con varios capítulos", había anunciado el mandatario.El sábado, el programa fue suspendido sin que fuentes de la presidencia comunicaran las razones y el domingo, la última de las emisiones, prevista desde el estado de Guárico (centro) se anuló por "razones técnicas", informó el ministerio de Comunicación e Información.
La 331ª edición de este programa duró finalmente 14 horas. El jueves, el mandatario realizó dos retransmisiones, de cinco y casi tres horas, respectivamente y el viernes, desde Caracas, hubo un "Aló Presidente" de algo más de seis horas, que terminó cerca de la medianoche.
Desde ese momento y hasta el domingo en la tarde, el mandatario no volvió a aparecer en público. El viaje a Caracas de su homólogo boliviano, Evo Morales, previsto para el domingo, también fue anulado, según fuentes de la Presidencia venezolana.
Los dos mandatarios acudirían juntos a El Salvador a la toma de posesión de Mauricio Funes. Queda por confirmar si Chávez mantiene su viaje.
Durante su "Aló Presidente", finalmente reducido a dos días, el mandatario venezolano pasó revista a numerosos temas de actualidad, resaltó las cifras más positivas de su gestión, criticó a algunos miembros de su gobierno por la falta de resultados y renovó sus críticas contra medios privados como la televisión Globovisión.
En sus 10 años de existencia, el "Aló Presidente" se ha convertido en el puente de comunicación entre Chávez y los venezolanos y en el medio para transmitir los logros de la "revolución bolivariana" en un tono claro.
Chávez, un presidente muy mediático y consciente de que su popularidad se basa en parte en la cercanía con el pueblo, emplea este programa para mostrar públicamente decisiones de gobierno y marcar la agenda y las prioridades de los días venideros.
En este programa especial aniversario, el punto más polémico sin duda fue el intercambio indirecto de declaraciones con un grupo de escritores y políticos reunidos en Caracas y que mantienen posturas críticas con el gobierno venezolano.
Encabezados por el escritor peruano Mario Vargas Llosa, intelectuales como el mexicano Enrique Krauze, autor del libro "El poder y el delirio", sobre el proceso político venezolano, el ex canciller mexicano Jorge Castañeda o el ensayista colombiano Plinio Apuleyo Mendoza, aceptaron realizar un debate con el oficialismo.
Sin embargo, propusieron que fuera directamente entre Vargas Llosa y Chávez y no con pensadores de izquierda, y en igualdad de condiciones, es decir con idéntica distribución del tiempo.
"Esto da tristeza. No quieren discutir. Quieren un show. Ellos quieren equidad: si es como intelectual yo soy un soldado. Si fuera por grado politico tendría este caballero que ir a Perú, recuperar su nacionalidad, lanzarse candidato y ganar" la presidencia, respondió Chávez.
"No, compadre, yo estoy en las grandes ligas", reiteró el mandatario, quien no dudó en bromear y usar un tono muy jocoso para referirse a la respuesta dada por este grupo de intelectuales.
"Al discurso del odio se le combate con el discurso de un amor digno. La historia no los absolverá de haber aplastado a la mitad de Venezuela en el nombre de un socialismo del siglo XXI, que no es más que la proyección delirante de un hombre empeñado en reducir la historia de Venezuela al tamaño de sus obsesiones", respondió Krauze tras este cruce de propuestas con Chávez.