CIUDAD DE MÉXICO, 6 marzo 2010 (El Universal).- Conoce esta guía para descubrir si ella está simulando que llegó al clímax, incluso cuando sea una experta en ese arte
¿Alcanzó el orgasmo, fingió un poco, mucho...? Son las preocupaciones de muchos chicos. Primero, porque les interesa que su pareja les diga siempre la verdad y, después, porque quieren saber si su desempeño es bueno como para hacerlas gritar de placer como efectivamente ellas expresan o tan malo como para que a ellas no les quede otra salida, más que fingirlo.
No se trata con ello de hacer una cacería de brujas. Y de verificar, de ahora en adelante, cada movimiento o grito que, desde la perspectiva masculina, parezca fingido o exagerado. No. Pero ya saben, lo he dicho otras veces, siempre he estado en contra de que las mujeres finjan un orgasmo , sobre todo, cuando de complacer al hombre se trata. Es mejor decir siempre la verdad. Sí, esa verdad que a ellos muchas veces no les gusta escuchar porque efectivamente les pega en su ego. Pero ésa es la mejor manera de mejorar las cosas.
Por eso, aquí una guía para saber cuándo ella está fingiendo un orgasmo, incluso cuando sea una experta en ese arte.
- Sí. Grita como para despertar al vecindario entero, pero sus gritos son más salidos de la garganta que del estómago. Cuando son producto de un verdadero orgasmo son originados en el pecho.
- El orgasmo verdadero no tiene lógica ni explicación. Llega de pronto y se disfruta, en cuestión de minutos o segundos. Igualmente se va. No hay manera de controlar cuándo llega y cuánto durará. Tampoco las reacciones. Si escuchas un diálogo durante el orgasmo como salido de peli porno o una secuencia perfectamente coordinada de sonidos... suena mal, muy mal.
- Ella no cierra los ojos y tampoco parece desconectarse del mundo real. Durante el orgasmo la mujer puede olvidarse, incluso, de que estás allí. Sí. Está tu pene dentro... pero tú no estás allí en esos contados segundos. La mujer se va a mundos no conocidos por hombre alguno.
- Ella no está mojada y su temperatura corporal es la misma. Bueno, es sabido que durante el orgasmo existe, en muchas mujeres, la eyaculación femenina. Cuando ella está más seca que el desierto de Sonora y su temperatura no ha aumentado, querido, te están engañando.
- Los gestos de su cara no cambian. Durante un buen orgasmo, las mujeres no pueden controlar los movimientos de su cara, de su cuerpo, su mirada. Es muy probable incluso que durante el orgasmo ocurran calambres en las piernas o brazos, por ejemplo.
- A veces los gritos pueden ser más fuertes de lo común. En ocasiones, por hacer algún sonido que parezca placentero y que no surge del placer mismo, aquello se convierte en una serie de gemidos, chillidos, berridos extraños.
- Su vagina no se contrae. Cuando las mujeres tienen orgasmos hay pequeñas o grandes contracciones en la vagina, así como en el útero y músculos pélvicos (incluido el esfínter) y hay un aumento del ritmo cardíaco (que llega a alcanzar de 110 a 180 latidos por minuto). Si tu pene no siente que su vagina se mueve ni un milímetro, entonces tal vez esta recordando que dejó mal estacionado el coche, que tiene que poner una lavadora llegando a su casa o que luego de eso debe ir a la tintorería.
- Tiene una impresionante energía después del orgasmo. Parecería que está como nueva y nada en esa cama ha pasado. No como tú que, dormido, parece que te ha arrollado un tren.
- Toma en cuenta también sus reacciones post-orgasmo real: sudoración leve, sus pezones siguen erectos, su piel se ha puesto roja, va a orinar inmediatamente, se ha mareado, su respiración sigue, está más cariñosa contigo.
- Al final, si haces un buen trabajo, no habrá necesidad de que ellas finjan nada, absolutamente nada.