jueves, 15 de abril de 2010

Un brutal terremoto sacudió a China y dejó casi 600 muertos

















PEKIN, 15 abril 2010 (La nación).- A casi dos años del terremoto que devastó a Sichuan, la tragedia volvió a golpear ayer a China, cuando un poderoso sismo sacudió a la provincia de Qinghai (Oeste), fronteriza con la región del Tíbet, y dejó por lo menos 589 muertos, cientos de desaparecidos y miles de heridos.

Según la Administración China de Terremotos, el sismo tuvo su epicentro en la prefectura de Yushu y fue de una magnitud de 7,1 grados en la escala de Richter. Para el Servicio Geológico de Estados Unidos, en tanto, la intensidad del terremoto fue de 6,9 grados.

Con una población de 100.000 habitantes, la ciudad de Jiegu, capital administrativa de Yushu, fue la más afectada por el temblor.

"El 85% de los edificios han quedado destruidos", informó Zha Xi, funcionario de la prefectura, a la agencia estatal Xinhua. "Las calles de Jiegu están abarrotadas de gente nerviosa y herida, con hemorragias en la cabeza", agregó.

Medios locales mostraron imágenes dantescas de la zona, incluidas cuadras enteras convertidas en montañas de lodo y madera, y afirmaron que durante el día se registraron por lo menos 18 réplicas del terremoto, la más fuerte de una magnitud de 6,3 grados.
Video: imágenes de la tragedia en China


"Mi casa tembló mucho y luego se derrumbó", contó un alto funcionario de Yushu, Karsum Nyima, que logró salir ileso de su hogar y que calificó la situación de caótica. "Toda la gente está en la calle, frente a las ruinas de sus casas, buscando desesperadamente a sus familiares atrapados bajo los escombros", agregó.

El terremoto se produjo a las 7.49 (hora local) y sorprendió a gran parte de la población durmiendo. A raíz de ello, autoridades locales expresaron su temor a que haya mucha gente enterrada bajo las casas y advirtieron que el número de muertos podría aumentar con el correr de las horas.

Dificultades en el rescate

Las tareas de rescate, además, avanzaban ayer con dificultad. "Las frecuentes réplicas, los fuertes vientos y las lluvias entorpecen nuestro trabajo", explicó el comandante del ejército chino de Yushu, Wu Yang. "Los daños en las carreteras, que han quedado intransitables, impiden la llegada de más ayuda", añadió.

Si bien las fuerzas militares chinas están entrenadas para responder rápidamente ante este tipo de desastres, el aislamiento de la zona afectada también planteaba dificultades logísticas. El área se ubica a unos 4000 metros de altitud y la población es pobre. La mayoría vive en Jiegu, mientras que el resto, en su mayoría pastores, está diseminado en los extensos valles.


"Por el momento, nosotros mismos estamos haciendo las labores de rescate. Nuestra misión principal es desenterrar a los que están sepultados bajo los escombros y despejar la ruta entre la ciudad y el aeropuerto, ya que es la única posibilidad de poder recibir ayuda", explicó Zha.

Ante la falta de excavadoras en la zona devastada por el sismo, residentes y soldados acuartelados en Jiegu usaron palas y sus propias manos para sacar a sobrevivientes y cadáveres de entre los escombros durante buena parte del día.

Los hospitales del lugar estaban ayer saturados y muchos de ellos carecían de los suministros más básicos para atender a los miles de heridos que dejó el terremoto.

Con el fin de auxiliar al gran número de personas que quedaron sin hogar, el gobierno provincial envió entre 5000 y 10.000 tiendas de campaña y 100.000 frazadas a la región afectada, donde la temperatura promedio diaria es de unos 6 grados centígrados.

El Ministerio de Finanzas del gobierno nacional, por su parte, asignó ayer una partida de emergencia de unos 29 millones de dólares para financiar, entre otras cosas, la evacuación de los habitantes y su alojamiento, los cuidados médicos y la prevención de enfermedades.

El presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao, además, exigieron que no se escatimen esfuerzos de rescate y enviaron al viceprimer ministro, Hui Liangyu, a Qinghai para supervisar el trabajo de asistencia, indicó la televisión estatal.

Varios países, incluidos Estados Unidos, Francia, Alemania y la Argentina, expresaron sus condolencias tras el terremoto y ofrecieron brindar ayuda para las víctimas del temblor. También la Unión Europea, el Vaticano y el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresaron su solidaridad con el pueblo chino.
El sismo ocurrió poco menos de dos años después de que un terremoto de 7,9 grados de magnitud devastó a la provincia vecina de Sichuan y dejó al menos 90.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos.

Agencias EFE, AP, AFP y Reuters