lunes, 1 de noviembre de 2010

Altar de muertos a próceres mexicanos en Egipto

El Cairo, 1 noviembre 2010 (PL).-  Almas de próceres independentistas y revolucionarios mexicanos como Pancho Villa y Emiliano Zapata se reencontraron hoy aquí con paisanos que, distinguidos por su singular relación con la muerte, les rindieron tributo en un altar.

Cartel promocional del Altar Mexicano en Egipto
Altares Mexicanos en el Zócalo de la CD. de México
Por novena ocasión, la festividad más solemne y burlesca dentro de las ricas tradiciones de México acaparó la atención de quienes se congregaron en la sede del Instituto Cervantes de El Cairo para inaugurar el Altar de Muertos.

La música fúnebre interpretada por artistas egipcios sirvió de antesala al tributo póstumo que honra este año a los héroes del Bicentenario de la Independencia y a los del Centenario de la Revolución Mexicana.

Aunque la tradición de origen prehispánico que data de más de tres mil 500 años está cargada de reciedumbre, para los habitantes del México contemporáneo la muerte no siempre es solemnidad, recordó la embajadora mexicana aquí, María Carmen Oñate.

Sin perderle el respeto, los mexicanos consideramos a la muerte también nuestra compañera de juegos, nuestra cómplice y eso nos da derecho a burlarnos de ella y emplearla en sátiras de todo tipo, recordó la diplomática antes de cortar la cinta del tabernáculo.

Elaborado por los artistas Arturo Miró y Claudia Rico, el altar contiene fotos de próceres mexicanos flanqueadas por flores, comidas y bebidas diversas, incluidos rones y tequilas, así como dulces y calaveras de cartón y barro.

Si bien faltaron la insustituible flor de Cempasúchitl (sustituida por una flor local de un color similar) y los típicos Panes de Muertos, la también indispensable presencia del papel picado completó el toque mexicano de un acto que sirvió para premiar a aficionados que exhibieron fotografías fúnebres.

La celebración declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO cerró con la exhibición del filme "El ángel exterminador", del español Luis Buñuel.

Fotografías: Instituto Cervantes, en el Cairo, Egipto