lunes, 1 de noviembre de 2010

La limpieza y vestimenta anual de osamentas en el cementerio de Pomuch, Campeche


CAMPECHE, 1 noviembre 2010 (El Mundo).- Sin temor o prejuicio alguno habitantes de la villa de Pomuch, municipio de Hecelchakán iniciaron la limpieza de osamentas, que a decir de ellos, es la purificación para el retorno con sus familiares.

La limpieza de osamentas en el cementerio de la villa de Pomuch ahora también se ha convertido en un atractivo turístico, con ferias y exposiciones a cargo de la agrupación Mayakin A.C, con la intención de preservar esa tradición.

La pequeña comunidad campechana, ubicado en el tramo carretero Campeche-Mérida, también es tradicional por la elaboración de su pan, y cada año rinde tributo a sus muertos de manera peculiar y distintiva en el sureste mexicano.

Cientos de curiosos, entre reporteros, turistas y autoridades se dan cita los días 1 y 2 de noviembre, acuden a ver cómo los familiares sin temor alguno y con una solemne ceremonia abren los osarios para iniciar la limpieza de las osamentas, que incluye el cambio de los paños con vistosos bordados.

Dicha práctica se remonta desde la época de la colonia, y según el promotor de la agrupación Mayakin A.C, Carlos Ucam Yam, dicha ceremonia va encaminada a una forma de contacto entre familiares del mundo terrenal y aquellos que han dejado lo material.

Indicó que hace unos 50 años, la tradición era de que los familiares sacaban el resto de sus difuntos y los llevaban a sus casas, donde realizaban los rezos, y después los regresaban para el año próximo desarrollar el mismo ritual.

Sin embargo, posteriormente las autoridades sanitarias lo prohibieron ante el temor de posible brote de enfermedades.

Por ello, ahora la limpieza se da dentro del cementerio, y la tradición se hereda de generaciones, al grado de involucrar a los niños en los rituales para limpiar las osamentas de sus abuelos o abuelas, o de algún otro familiar.

La comunidad espera la llegada de los fieles difuntos, pues les representa una oportunidad para poder hacerse de recurso con la venta de dulces y pan a los visitantes.

Además desde hace dos años se ha convertido en una feria, que abarca desde exposiciones gastronómicas, fotografías, bailables y una plática sobre el rescate y preservación de las tradiciones promovidas por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.



Fotografías: AP / Video: Youtube