MÉXICO, 10 febrero 2011 (El Universal).- El sexo y la violencia se activan en la misma zona cerebral de los ratones, lo cual podría ampliarse al comportamiento de humanos, aseguró un estudio publicado en la revista científica Nature.
La región del hipotálamo ventromedial (VHM) se activa al detectar intrusos en el territorio y continúa la actividad neuronal si se inicia una pelea o si se sostienen relaciones sexuales.
El estudio dirigido por Clifford B.
Saper del departamento de Neurología del Programa de Neurociencias y la División de la Medicina del Sueño de la Universidad de Harvard experimentó con ratones para ver cómo reaccionaban ante otros ratones y la misma zona cerebral registró actividad.
"Esta reacción manifiesta una necesidad para proteger el propio territorio contra invasores masculinos y una necesidad de tener relaciones sexuales con hembras invasores que determinan la construcción de los circuitos cerebrales.
Es la forma en que los animales protegen su territorio y tienen suficiente espacio para su progenie", dijo Saper a Nature.
Los mismos circuitos podrían existir en los humanos pues la estimulación eléctrica en el cerebro profundo está relacionado con el VMH cuando hay conducta defensiva en ataques de pánico o agresiones, dijo Newton Canteras neurocientífico de la Universidad de Sao Paulo.
"Creo que hay muchas razones para pensar que esta actividad cerebral podría ocurrir en humanos.
El hipotálamo es una de las estructuras más antiguas en el cerebro humano y está relacionada con la agresión en monos", dijo David Anderson del Instituto de Tecnología de California, también autor del estudio.
Incluso Anderson dijo que uno de los beneficios de este estudio explicaría porque algunos individuos tienen impulsos sexuales y violentos no apropiados, pues tendrían una conexión disfuncional en su cerebro en éstas áreas.
¿Y si los bloqueamos? Los investigadores infectaron con un virus los genes que controlan las neuronas del VHM, técnica denominada ontogenética, para observar que sucedía cuando los ratones pelearan o se aparearan.
Esos genes fabrican unos canales neuronales especiales, capaces de activarse por una luz de cierta longitud de onda concreta que activa las zonas que los científicos deseen.
"Esto permite un control espaciotemporal muy fino en la manipulación de la actividad cerebral.
Es así como Lin y sus colegas del CalTech identificaron con gran precisión los circuitos del hipotálamo que subyacen a los comportamientos agresivos", publicó el diario El País.
Esta tecnología plantea la posibilidad de inhibir esos circuitos para refrenar el comportamiento agresivo.
Durante una semana 25% de los animales que había intentado atacar a otros machos redujo su agresividad.
Los investigadores del Instituto de Tecnología de California también hallaron que al sobre estimular la VHM los machos pueden atacar incluso si están anestesiados, castrados o a objetos inanimados.
Sin embargo si los ratones llegaban a reproducirse con las hembras se frenaba el impulso agresivo durante el acto.
Los investigadores también lograron frenar el centro de agresión y mantener activo el del apetito sexual.