RIO DE JANEIRO, 10 febrero 2011 (AFP).- Cansado de esperar siempre a la novia, el cura de una iglesia en el estado brasileño de Paraná (sur) comenzará a multar a los novios que lleguen tarde a la boda.
"Si marcamos un horario, es aquél horario. Yo soy en ese sentido muy radical. Cuando se trata de meterse con el bolsillo (de la gente), todo se resuelve", afirmó el padre Roberto Carrara, de la Catedral Nuestra Señora de Lourdes en Apucarana, a 350 kilómetros de Curitiba (capital del estado), al canal Globo.
Así, a partir de ahora, el padre pedirá a los contrayentes un cheque de 500 reales (unos 300 dólares). En caso que la pareja llegue en hora a la ceremonia, el cheque es devuelto, pero si se atrasa, el dinero será destinado a las arcas de la iglesia, donde Carrara celebra misa desde hace 27 años.