WASHINGTON, 11 de septiembre 2011 (Reuters).- El ex presidente estadunidense George W. Bush, defendió las acciones de su gobierno y las políticas que impulsó tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 y dijo no estar arrepentido de nada.
Entrevistado por el diario USAToday a propósito de los 10 años de los ataques, Bush reiteró su firme convicción que esas acciones, incluyendo el uso de tortura, previnieron un nuevo ataque contra Estados Unidos.
El ex mandatario concedió que 'algunas de las tácticas pudieron haber sido diferentes', notablemente en Irak tras el derrocamiento de Sadam Hussein, 'y lo mismo en Afganistán'.
Sin embargo se mostró confiado de que los historiadores objetivos concluirán que sus políticas 'fueron necesarias para proteger al país'.
Aunque Bush no restó mérito al presidente Barack Obama por la exitosa operación en que Osama bin Laden fue eliminado, dijo que los eventos que llevaron a ese episodio se iniciaron en su gobierno.
'El trabajo hecho por la comunidad de inteligencia en mi Presidencia fue parte de armar el rompecabezas que nos permitió tener el cuadro completo de cómo bin Laden se comunicaba y dónde se escondía', señaló el exmandatario.
'Cuando las democracias se afianzan, el resultado es paz', indicó el mandatario, quien estimó que 'Medio Oriente es la parte del mundo que necesita paz, y vamos a tener éxito, a menos que renunciemos', dijo.
'Mi preocupación es que las tendencias aislacionistas lleven a Estados Unidos a replegarse del resto del mundo', precisó.