jueves, 24 de junio de 2010

Falso que "maestra" pornostar japonesa ofreciera sexo gratis a estudiantes chinos

Desmentido de la nota: Una japonesa ofrece sexo a estudiantes chinos para disculparse por la invasión nipona, publicada el 17 de junio de 2010 en Wicked Magazine.

BARCELONA, 23 abril 2010 (ociomedia, una empresa se ¡Que no, que era broma! Ay, la que se ha liado entre China y Japón... Hace unos días salió a la luz la historia de Anri Suzuki, una pornostar japonesa que se ofrecía para practicar sexo con estudiantes chinos en compensación por la invasión, en 1937, del gigante asiático por parte de su país. Así lo contaba el periódico de Hong Kong Wen Wei Po, citando fuentes de Taiwan. Pues bien, mientras centenares, miles o quizá más estudiantes chinos se frotaban las manos, la verdad ha emergido: de sexo gratis, nada.

Al parecer todo era un gran bulo nacido en foros de internet que el tierno e inocente periodista de Hong Kong se tragó. Eso sí, muy profesional él, al darse cuenta corrió a escribir una rectificación, pero como es lógico las rectificaciones tienen bastante menos gancho que las historias sobre sexo gratis, de modo que en la red sigue siendo más fácil encontrar la historia falsa que la real.

Y eso que la propia Suzuki, tan lozana como veis aquí arriba, también alzó la voz en su blog. Para empezar, desmontó las fuentes taiwanesas, porque ni ha estado allí nunca, ni ha concedido entrevista alguna. También negó ser doctorada en Historia Sino-Japonesa, como afirmaba el artículo, ya que ella se bajó del tren después del instituto. Lo que no niega, claro, es que es actriz porno...

La moraleja del asunto es la siguiente: comprueba tus fuentes antes de publicar nada. Y no te inventes citas textuales, alma de cántaro... ¿cuándo dijo Anri Suzuki esto?

Tenemos que respetar las lecciones de la historia, y aunque no podemos borrarlas sí podemos recompensarlas. Quiero curar las heridas de China con mi cuerpo, y lo quiero hacer ofreciendo sexo a los estudiantes chinos en Japón. Creo que sería una compensación simbólica para ellos.

Desde luego el periodista tenía imaginación...